
Este sábado 5 de abril, miles de personas salieron a las calles en más de 40 ciudades de toda España para alzar la voz por una causa que cada vez preocupa a más ciudadanos: el acceso a una vivienda digna. Bajo el lema “Acabemos con el negocio de la vivienda”, sindicatos de inquilinos, asociaciones vecinales y plataformas ciudadanas organizaron movilizaciones masivas que ponen de manifiesto el creciente malestar social ante el encarecimiento del alquiler, la escasez de vivienda pública y la especulación inmobiliaria.
Las principales demandas de estas movilizaciones fueron:
- Reducción del 50% en los precios del alquiler, especialmente en zonas donde los salarios no han crecido al mismo ritmo que el coste de vida.
- Contratos de arrendamiento indefinidos, que garanticen estabilidad a largo plazo para los inquilinos.
- Reutilización de viviendas vacías o destinadas al alquiler turístico, con el fin de volverlas accesibles al mercado residencial tradicional.
- Prohibición de los grupos de desokupación, alegando que vulneran derechos fundamentales y generan situaciones de violencia y tensión.


En ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, Sevilla o Zaragoza, las concentraciones superaron las expectativas. En la capital, la manifestación provocó cortes de tráfico en calles principales como la Gran Vía y la Castellana, y terminó con discursos reivindicativos frente al Ministerio de Vivienda.
Los organizadores destacaron que el mercado inmobiliario actual se ha convertido en un «negocio inasumible» para muchas familias, y exigen al Gobierno central y a las comunidades autónomas que apliquen medidas reales y efectivas, más allá de los anuncios o leyes poco aplicadas.
Un síntoma del problema estructural
Este movimiento ciudadano no es aislado. Forma parte de un debate estructural que se está intensificando en España: ¿es la vivienda un derecho o un producto financiero? La nueva Ley de Vivienda, aprobada en 2023, introdujo mecanismos para declarar zonas tensionadas y limitar los precios del alquiler, pero su aplicación está siendo muy desigual según la comunidad autónoma. Además, muchos municipios aún no han declarado ninguna zona como tensionada, a pesar de los datos que reflejan subidas desorbitadas en el precio del metro cuadrado.
¿Qué impacto puede tener esto en el sector inmobiliario?
Para los profesionales del sector, estas movilizaciones son una llamada de atención. Aunque parte del mercado sigue funcionando con estabilidad, es evidente que hay tensiones que podrían derivar en cambios legislativos importantes. Estar informados y adaptar la estrategia a un nuevo marco regulatorio puede ser clave para seguir ofreciendo un servicio responsable, transparente y empático con la situación social actual.
En FyM Real Estate creemos que una vivienda no debería ser un privilegio, sino un derecho
En un momento donde la preocupación por el acceso a la vivienda crece en toda España, desde FyM Real Estate reafirmamos nuestro compromiso con un mercado inmobiliario más justo, transparente y accesible para todos. Sabemos que detrás de cada búsqueda de piso o inversión hay una historia, una necesidad real, un proyecto de vida.
Nos esforzamos cada día por ofrecer un servicio basado en la empatía, la honestidad y el acompañamiento profesional, tanto para quienes quieren alquilar como para quienes desean comprar o invertir.
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